Trabajar donde se nace

La reforma del sistema de registro de hogares en China es uno de los retos más importantes del nuevo Gobierno. Permitir la movilidad en un país que afronta severos problemas de hacinamiento en las ciudades y subdesarrollo del campo, puede ser un dramático cambio que ayude al país a impulsar su industrialización o puede resultar una verdadera catástrofe sociológica. El sistema hukou implantado en 1958 restringe la movilidad de los trabajadores del campo hacia las ciudades. La residencia de cada chino debe ser, de acuerdo con ese sistema, su lugar de nacimiento no otro. Pero la realidad es que hay 240 millones de ciudadanos entre los cuales 160 millones son campesinosque hoy por hoy no viven en el lugar que los vio nacer. Desde febrero pasado el tema está sobre el tapete como una fórmula capaz de hacer crecer el consumo doméstico, lo que es un imperativo en medio de una caída del consumo planetario que afecta el conjunto de sus exportaciones. China tendría dentro de sus entrañas la clave poblacional para impulsar, de esa manera, su propio desarrollo o de controlar la desaceleración económica que este año ya es una realidad. La idea es permitir los flu jos de inmigrantes controladamente. En las pequeñas ciudades un nuevo hukou puede ser extendido a quien demuestre tener una solicitud de trabajo vigente y un lugar donde vivir. En las urbes medianas ese hukou puede convertirse en un derecho adquirido cuando se demuestra haber vivido y trabajado tres años seguidos en ella. La inmigración a las ciudades desde los polos rurales tendría sentido en la medida en que el trabajador que se desplaza con su familia se convierta en un consumidor incremental. La costumbre en ese país es que cualquier...

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