El turco que más ha viajado

Cuando cumplió 14 años de edad, Orhan Kural se declaró indignado. Pese a que había ido en carro con sus padres a algunos países como la República Checa, el adolescente se quejó con su familia de que hubiese llegado a esa edad sin haber conocido toda Europa. Ese grito de rebeldía se transformó en el paso inicial de un peregrinaje por el orbe que lo ha llevado a 226 países de los 5 continentes.Viajar es algo que te llena de vida. Si no lo haces no puedes resolver tus problemas, no puedes hablar. Odio que la gente no viaje y se quede viendo televisión mientras fuma. Si no sales no puedes ser exitoso en la vida, exclama Kural tras comentar con orgullo que ostenta el récord de ser el turco que más ha viajado. Sus frases son producto de la experiencia: las únicas naciones que le faltan por visitar son pequeñas islas, la mayoría en el océano Pacífico.En principio, sus travesías es tuvieron ligadas a los estudios y a su profesión. Tras graduarse como ingeniero de minas en Estambul en 1972, cursó estudios de posgrado en Nueva York. Su actividad profesional lo llevó a dar conferencias y a visitar lugares apartados. Las minas están fuera de las ciudades. He recorrido toda Turquía y todas las minas en ese país, haciendo programas de televisión sobre ellas. Para estudiar minería es imprescindible viajar, resalta.A medida en que fue visitan do naciones, Kural tuvo mayor interés en conocer a los lugareños, sus costumbres, sus comidas y su forma de vivir. Eso lo hace pensar ahora que los verdaderos viajes son los que permiten conectar con las raíces de los sitios.Critica aquellos escapes tradicionales en los que las personas se quedan encerradas en un hotel mientras comen, beben y se bañan en la playa: Sólo gastas dinero y dañas el ambiente usando aceites y botando comida.Este estilo parti cular de recorrer el mundo le ha brindado la oportunidad de vivir experiencias que cambiaron su vida. Una de ellas ocurrió en Somalia, país africano declarado Estado fallido por la revista Foreign Policy. Junto con funcionarios de la Embajada de Turquía, se dirigió a un campo de refugiados a donar comida. Los somalíes hacían colas de varias horas para que sus bolsas de plástico fueran llenadas con arroz. Cuando fue el turno de una señora esta se quedó en su lugar tras recibir el alimento y pidiendo algo que el viajero no entendía. Un traductor explicó que quería carne, cosa que se pusieron a buscar insistentemente. Lo único que hallaron fue un hueso con algunos restos y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR