Gobierno rezaga la unidad tributaria y deprecia el bono de alimentación

Auna semana de que termine el plazo para el aumento de la unidad tributar ia Âque debe hacerse antes del 15 de febrero de cada año aún se desconoce la propuesta del Seniat al respecto, pero se espera que el incremento se ubique otra vez por debajo de la inflación, como ha sucedido desde 2008. La decisión del Gobierno de no subir el indicador de acuerdo con el alza del índice de precios al consumidor en el año previo, como establece el Código Orgánico Tributario, deprecia el bono de alimentación que empresas privadas y entes gubernamentales deben pagar a los empleados. El sector privado cancela en tre 0,25 y 0,50 unidades tributarias 19 a 38 bolívares al valor actual por día laborado, como dice la Ley de Alimentación para los Trabajadores. La administración pública paga 1 unidad tributaria 76 bolívares o más por jornada. El problema es que mientras la unidad tributaria aumentó 101,9% entre enero de 2008 y diciembre de 2011, la inflación acumulada durante el período fue 165,6% en el índice general y 203,9% en la categoría de alimentos y bebidas, según el Banco Central de Venezuela. Ante esa realidad, el bono de alimentación cada vez rinde menos. Quizás por esa razón el Gobierno nacional reformó la ley el año pasado para que todas las empresas den el beneficio antes sólo estaban obligadas las que tenían más de 20 empleados y para que se garantice el pago en caso de reposo y vacaciones. Además de reducir la ca pacidad de compra del bono de alimentación que reciben, el incremento de la unidad tributaria por debajo de la inflación también obliga a más trabajadores a cancelar el impuesto sobre la renta, al ampliar la base de contribuyentes. La ley establece que el tribu to debe ser cancelado por toda persona con ingresos superiores a 1.000 unidades tributarias al año. Al valor actual eso representa 76.000 bolívares, pero si el indicador se hubiera ajustado por inflación desde 2008 significaría casi 100.000 bolívares. Sacrificio fiscal El Gobierno también pierde cuando desvincula el incremento de la unidad tributaria del índice de precios al consumidor porque los timbres fiscales, las tasas aeroportuarias y las sanciones legales, entre otras fuentes de ingresos, se calculan con este indicador. José Ignacio Moreno León, promotor de la reforma legal que creó la unidad tributaria en 1994 y primer superintendente del Seniat, descarta que los ajustes por debajo de la inflación impidan que se cumpla el objetivo del indicador: evitar que los ingresos...

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