Vamos a contar mentiras

Ahora que estamos censados, después de recibir al censador en la puerta del apartamento, en un pasillo o en el salón de fiestas del edificio, de omitir datos y mentir en lo posible, de disminuir el número de habitaciones y baños y aumentar el de habitantes de ser ciertos los datos suministrados, en la mayoría de los hogares clase media habría que cambiar todas las camas por literas y hacer cola para ir al único baño, seguimos creyendo que el Picure Elías El juri y su gente del Instituto Nacional de Estadística querían utilizarnos y lo lograron, con propósitos inconfesables, probablemente electorales, independientemente de que muchos ciudadanos estén convencidos de que vacilaron a los encuestadores. Veremos. La idea de que fuimos utiliza dos tiene sentido especialmente cuando se ha descubierto que una supuesta VII Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, presentada por el Gobierno al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, fue elaborada con datos extraídos, trampeados, plagiados, de la Oficina de Estadísticas de Chile, de acuerdo con revelaciones de Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano Tal Cual, fin de semana de 1º y 2 de octubre. Así serán de fiables las estadísticas oficiales sobre desempleo, inversión social, erradicación de la pobreza, hacinamiento carcelario y otros temas que comenzaron a ser...

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