La verdad sin comisión

En el acto de instalación de la comisión en Miraflores estaba como testigo de excepción el presidente de Unasur, Ernesto Samper, con el mismo gesto complaciente o cómplice que le recordamos en 1996 cuando fue acusado en su país en el famoso Proceso 8.000 relacionado con el uso de dineros del narcotráfico en su campaña electoral.Nunca renunció a pesar de las miles de voces, incluidas las de algunos de sus ministros, que se lo recomendaron. Terminó su periodo presidencial dejando un sinsabor en su país por las conjeturas del caso.Es obvio el apoyo incondicio nal al gobierno de Maduro de quien se encuentra al frente de la Secretaría General de Unasur. Apuntalar desde instancias internacionales a regímenes autoritarios que violan el Estado de Derecho y secuestran sus instituciones es un despropósito que debilita el papel mismo de la institución.Samper debería saber que de esa comisión no saldrá ninguna verdad objetiva, sino, por el contario, sus conclusiones estarán hechas a la medida del proponente. No podrán alcanzar conclusiones y recomendaciones éticamente sustentables en el tiempo sin que todos los actores del conflicto sean tomados en cuenta equitativamente.La experiencia demuestra que para que esas comisiones tengan éxito deben ser...

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