Librerías de viejo, un paseo por la calle Donceles, en el D.F.

Día del Libro Librerías de viejo, un paseo por la calle Donceles, en el D.F. Diajanida Hernández G. La calle está cortada por seis transversales: Callejón Héroes del 57, Allende, República de Chile, Palma, República del Brasil y República de Argentina. Construcciones civiles y religiosas de distintas épocas y estilos, levantadas desde la época de la Colonia, la amurallan. Los carros circulan en un solo sentido: de oeste a este. La gente camina por aceras tapizadas de láminas metálicas que tapan huecos del drenaje, de la luz o de distintas reparaciones. Los transeúntes miran las tiendas, salen de los edificios, toman fotos, tratan de cruzar la calle, andan. Un hombre limpia la vitrina de una tienda que vende oro, mientras otro pone un cartel en la entrada que anuncia rebajas. Un policía explica una dirección a unos turistas. Unos trabajadores con cascos blancos, rodeados de conos naranja, trabajan en una alcantarilla. Una madre con su hija detallan en una vidriera los vestidos de novia. Un par de chicos sacan con cuidado una carretilla con cajas de una venta de cámaras fotográficas. Un vendedor ofrece medias panty. Un viejo detiene los carros para que una van blanca salga de un depósito. Tres mujeres en una esquina hablan en tono de confidencia y ríen. Un grupo protesta frente a una dependencia pública exigiendo el fin de las corridas de toros. Dos jóvenes frente a una tienda de artículos para peluquería abren una bolsa de papas fritas con limón. De pronto, una mujer con guantes de goma y tapabocas sale de una librería, se detiene en la acera, sacude dos libros golpeándolos entre sí, deja una nube de polvo y vuelve a entrar. *** La Calle Donceles del Centro Histórico del D.F. es una de las más antiguas de México. Luis González Obregón, historiador, bibliófilo y cronista vitalicio de la capital mexicana, escribió que Donceles es Donceles desde el año 1524. Comienza en el Eje Central Lázaro Cárdenas y se une con la Calle de Justo Sierra. Sobre ella están la antigua Cámara de Diputados, el Colegio de Cristo, El Teatro de la Ciudad, el Teatro Fru Fru, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Real Hospital del Divino Salvador para Mujeres Dementes y la Academia Mexicana de la Lengua. Teatros, museos y lugares históricos conviven con tiendas que venden vestidos de novia, pelucas, oro, artículos para peluquerías, cámaras digitales, ferreterías, marqueterías o papelerías. Todo está, se vende y se exhibe por series, por cantidad, por acumulación, por repetición. En Donceles se puede buscar un telescopio, una peluca, un bombillo, una cámara fotográfica, una prenda de oro, el ajuar de una novia o un texto escolar. Todo eso sí, pero Donceles, como otras calles del centro histórico, tiene algo que la diferencia de las demás. Esas esquinas y aceras guardan anécdotas, lugares y personajes. Digamos, por ejemplo, los organilleros, los globeros o los merengueros. Pensemos en el quiosco de las fotos en el Zócalo, en los mariachis que llenan de noche Tenampa, en el paseo de las novias, en el Café de Tacuba o en el Bar Corona. En Donceles se puede buscar un libro antiguo, un clásico, uno agotado, un libro descontinuado o un incunable. En Donceles hay librerías de viejo, varias librerías de viejo. Donceles es conocida como la calle de las librerías de viejo. *** La mujer con guantes de goma y tapabocas, entra a la librería y camina hacia una torre de libros. Revisa un tomo, lo abre, lo hojea, lo cierra. Lo compara con otro que ya examinó. Sale de la librería, se detiene en la acera, sacude los dos libros golpeándolos entre sí, deja una nube de polvo y vuelve a entrar. Camina hacia una pila de libros, coloca encima los que trae en las manos y continúa revisando la otra torre de tomos de novelas, de ensayos, de enciclopedias, de poemarios. Cada tanto sale, sacude un libro con otro, deja una nube de polvo, vuelve a entrar. La mujer ordena, clasifica y desempolva decenas de libros de una de las librerías de viejo de Donceles. El ejercicio de catalogación de títulos se estará repitiendo, con o sin guantes, tapabocas y nube de polvo, en otras librerías de la calle. En Donceles se acumulan las librerías de viejo. En alguna cuadra incluso se amontonan una al lado de la otra, como los libros en las estanterías que están dentro de ellas. El Mercenario de la Lectura, El Gran Remate, El Laberinto, El Mercader de Libros, Librería de Viejo, Bibliofilia, El Callejón de los Milagros, El Tomo Suelto, Selecta, Hermanos de la Hoja, El Inframundo. Eso sí, que se repitan y estén ubicadas en la misma calle no quiere decir que sean réplicas exactas. Aunque son parte de un universo o pertenecen a los mismos dueños, cada una tiene algo peculiar: el nombre, claro, pero también la disposición de las estanterías, el tamaño, los libreros, el ambiente y su especialidad. Pueden estar dedicadas a libros técnicos o de idiomas; asesorar la formación de bibliotecas; conseguir libros por encargos; o cazar libros agotados...

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