La vigencia de Bolívar

La aparición de una nueva biografía de Simón Bolívar escrita en inglés por la auto ra peruana Marie Arana Bo lívar: American Liberator me llevó a realizar una tarea largamente pospuesta: leer diversas biografías del libertador y sumergirme en los dos gruesos volúmenes que atesoro y que reúnen sus casi tres mil cartas. Al cabo de unos meses, me he formado una idea del personaje con sus naturales claroscuros y escribí un ensayo, que puede consultarse gratuitamente en línea en la revista Letras Libres www.letraslibres.com, bajo el título de Simón Bolívar: el demonio de la gloria.Cómo ha explicado el emi nente historiador venezolano Elías Pino Iturrieta, cada época y cada corriente política ha inventado a su propio Simón Bolívar. Los dictadores venezolanos lo reivindicaron como suyo, igual que los fascistas italianos y los franquistas. Todos ellos preferían enfocarse en la vertiente cesarista del héroe, sobre todo la que se refleja en la Constitución de Bolivia.Otra distorsión la introdujeron los creadores del naciona lismo iberoamericano Rodó, Vasconcelos que lo convirtieron en un adalid de la guerra cultural racial y aun religiosa entre las dos Américas, la ibérica y la sajona. La izquierda latinoamericana, siempre incómoda por el feroz retrato de Bolívar escrito por Marx en 1852, terminó por reclutar al héroe en las batallas de la guerra fría. Pero se trata de un evidente anacronismo: Bolívar admiró a Estados Unidos e incluso soñó con un protectorado de Inglaterra sobre las nuevas repúblicas.Para acercarse a la persona que realmente fue Bolívar es bueno definir todo lo que No fue. Además de no ser nacionalista, fascista, franquista, antiimperialista, no fue, ni pudo ser, socialista ni comunista.Hay amplísimas evidencias de su rechazo y su horror a las revoluciones populares que en aquella época sobre todo a raíz de las guerras de independencia en Haití y en la propia Venezuela, de 1812 a 1814 eran guerras raciales, guerras por motivos de estratificación social, guerras de exterminio.Una de las principales razones por las cuales Bolívar se aferró al mando de la Gran Colombia su efímera creación fue la angustia permanente que le producía el riesgo de la irrupción popular y el amenazante fantasma de lo que llamó pardocracia. Hoy su actitud puede parecer racista. Y lo era a mi juicio pero bajo los parámetros de un criollo del siglo XVIII, no de un darwinista social del XIX o un racista alemán del XX.Bolívar temía la revolución de abajo...

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