Violencia y crisis institucional

La oposición en el Parlamento declaró furiosa Iris Varela se merecía sus coñazos. Una visión de las relaciones humanas reducida al acto primitivo y brutal de reprimir al otro. También la forma más salvaje de abordar desde el poder político la vida como negación.Varela se refería, por supuesto, al lamentable espectáculo orquestado el martes 30 de abril en la Asamblea Nacional. No era la primera vez que los honorables diputados se iban a las manos, pero esta vez fue otra cosa. En lugar de presenciar el súbito estallido de irritación individual de algún parlamentario alucinado por lo que sea, esta vez Venezuela fue testigo de una calculada acción de la bancada chavista contra la de la oposición. Violencia cuyo origen se halla en la crisis política desatada por las dudas sobre el resultado electoral del 14 de abril, acentuada de pronto en la AN por la negativa de Diosdado Cabello a concederles su derecho de palabra a los diputados de la oposición hasta que ellos acepten, sin chistar, las cuestionadas cuentas del CNE.Según la reiterada versión oficial de los hechos, la oposición acudió al Palacio Federal Legislativo con el criminal propósito de provocar con pitos y trompetas actos de violencia que al día siguiente, Primero de Mayo, debían culminar en sangrientos disturbios callejeros. El propio Nicolás Maduro, en entrevista exclusiva concedida al diario francés Le Monde, señaló que la oposición tenía la intención de asaltar ese día la marcha chavista y enfrentar pueblo contra pueblo, y así Estados Unidos y el presidente Barack Obama intervendrían en Venezuela. Un razonamiento político restringido a conceptos tan sorprendentemente simplistas que dan pena ajena, pero que responde a una implacable estrategia comunicacional encaminada a generar una matriz de opinión potencialmente explosiva.En este sentido, indicó Madu ro en su encuentro con el diario francés, en Venezuela no puede hablarse de polarización. Lo que sucede es que el pueblo venezolano está activado para defender su revolución de la conspiración fascista. Visto desde esta perspectiva distorsionada, desconocer el resultado electoral y pedir una re visión ciudadana del 100% de las urnas, las actas y los cuadernos de votación componen una pretensión anticonstitucional y golpista.En consecuencia, el pueblo revolucionario, con sus dirigentes a la cabeza, tienen el deber de reaccionar activarse contra los enemigos de la patria.Se trata de un...

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