Esto que vivimos no pasa de ser una indigestión de la democracia

Resultado de la permanente preocupación por el destino de la democracia en el país, Germán Carrera Damas publicó recientemente El boli varianismo-militarismo, una ideología de reemplazo Alfa. En el libro, reúne seis ensayos académicos que escribió en la última década sobre el uso del prestigio histórico de Simón Bolívar con fines ideológicos. Los textos que dan título a la obra son resultado de temas propuestos entre febrero y marzo de 2001 a los alumnos de un seminario de posgrado dictado en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida, al que asistió el historiador cuando fue becario de ese período de la Cátedra Bacardí Family, de la misma institución. La vigencia de los ensayos impresiona a quien los lee. Para Carrera Damas, la denominación ideología de reemplazo no es sistemática. Es un recurso pseudo-ideológico para justificar una ambición de poder que contradice esencialmente el sentido básico de la democracia. El fracaso de la Unión Soviética fue una circunstancia histórica que socavó las bases del esquema de las ideologías en América Latina, porque el comunismo servía de punto de referencia para la escala de las lealtades políticas: en la región, se estaba más o menos cerca del comunismo. Como respuesta al vacío que dejó la crisis del socialismo, en Venezuela comienza a tomar forma la ideología que el historiador denomina bolivarianismomilitarismo, que mezcla el viejo culto a Bolívar con una forma de bolivarianismo que, a su vez, tuvo su origen en una escuela historiográfica que quiso darle al sentido fundamental de lucha contra la Corona española, emprendida por los patriotas liderados por Bolívar, el carácter de lucha contra el imperialismo, una percepción moderna que no tiene nada que ver con el proceso independentista, explica. ¿Cuáles son las consecuencias del bolivarianismo como ideología de reemplazo en la coyuntura actual? ÂEl resultado es grave. La reunión del bolivarianismo adaptado al mundo contemporáneo con el militarismo tradicional, ya eximido del anticomunismo de sus primeras luchas contra el régimen cubano, permitió que un régimen militarista ocupara no digamos ya el Estado, el Gobierno ni la administración pública, sino la totalidad de la estructura social y política, de tal manera que gracias al uso de ese vector universal que es el bolivarianismo mal entendido, alterado y en violación de todo su sentido histórico ha sido posible instaurar en Venezuela un régimen militarista que ocupa por...

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